A veces sentimos que la vida es demasiado difícil,
que las cosas no tienen los resultados que esperamos o sencillamente que no
vale la pena vivirla.
Pero resulta que los seres humanos tenemos el libre
albedrío para tomar nuestro camino, para ponernos en contacto con el cosmos y
seguir adelante, solo y sencillamente es querer hacerlo. Eso sí, teniendo en
cuenta que las decisiones que tomemos tendrán consecuencias que debemos
asumir, buenas o malas, pero lo importante es arriesgarse para seguir adelante.
Si hoy te levantaste sin ánimo, viendo el mundo oscuro
porque las cosas no marchan bien con tu familia, en tu trabajo, con tus hijos,
con tu salud o en cualquier ámbito de tu vida.
Lee este hermoso poema de Walt Whitman,
aunque no es mágico te otorgará la energía para no detenerte.
Los pequeños milagros existen y solo tú los puedes hacer realidad.
Sueña, vuela, coloca tu mente y tu deseo a lo único que
vinimos a hacer en este plano, a buscar con nuestro esfuerzo la paz y la
tranquilidad para ser felices. ¡Tú eres capaz de sanar tu vida!
No te detengas
No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a
expresarte, que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo
extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en
protagonistas de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra
continúa:
No dejes nunca de soñar, porque en sueños es libre el
hombre.
No caigas en el peor de los errores: el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
“Emito mis alaridos por los techos de este mundo”,
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas, pero
no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno. Disfruta del
pánico que te provoca.
A veces sentimos que la vida es demasiado difícil,
que las cosas no tienen los resultados que esperamos o sencillamente que no
vale la pena vivirla.
Pero resulta que los seres humanos tenemos el libre
albedrío para tomar nuestro camino, para ponernos en contacto con el cosmos y
seguir adelante, solo y sencillamente es querer hacerlo. Eso sí, teniendo en
cuenta que las decisiones que tomemos tendrán consecuencias que debemos
asumir, buenas o malas, pero lo importante es arriesgarse para seguir adelante.
Si hoy te levantaste sin ánimo, viendo el mundo oscuro
porque las cosas no marchan bien con tu familia, en tu trabajo, con tus hijos,
con tu salud o en cualquier ámbito de tu vida.
Lee este hermoso poema de Walt Whitman,
aunque no es mágico te otorgará la energía para no detenerte.
Los pequeños milagros existen y solo tú los puedes hacer realidad.
Sueña, vuela, coloca tu mente y tu deseo a lo único que
vinimos a hacer en este plano, a buscar con nuestro esfuerzo la paz y la
tranquilidad para ser felices. ¡Tú eres capaz de sanar tu vida!
No te detengas
Walt Whitman
No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a
expresarte, que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo
extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en
protagonistas de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra
continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar, porque en sueños es libre el
hombre.
No caigas en el peor de los errores: el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
“Emito mis alaridos por los techos de este mundo”,
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas, pero
no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno. Disfruta del
pánico que te provoca.
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