Siempre Dios nos habla con señales, no sé si te ha pasado, pero en algunos momentos nos decimos <yo los sabía>, <yo debí decirlo>, <lo supuse>, <yo lo sentí>, <yo lo presentí> y otra cantidad de 'yoes' que si los recordarás dirías que tienes el don de la videncia, la premonición o simplemente que son innumerables las señales del Cielo.
Por qué siempre que han sucedido las cosas nos cuestionamos y decimos yo lo sabía, porque sencillamente en el momento que precede una determinada circunstancia o evento, tu corazón implícitamente (infundido por Dios), te está diciendo y sabe qué podría suceder, qué es lo bueno y que es lo malo, lo que sucede es que los seres humanos por lo general, actuamos con y por nuestras emociones, con la rapidez y el calor del momento, y no hacemos caso de ese aviso que nos podría sacar y evitar las dificultades.
Yo creo profundamente que estos avisos nos evitarían problemas y sinsabores que no tienen por qué ser vividos. Te estarás preguntando ¿entonces cómo hago para entenderlos en el momento justo?
Es muy sencillo, pero al mismo tiempo tienes que aprender a controlar tus emociones y hacer más conscientes tus actos y estos se acentúan cuando aprendes a observar, sí, observar.
Los seres humanos por lo general miramos y vemos lo que queremos ver y dejamos pasar detalles simples que nos los da la observación. Observar es recrearse en el detalle, en los gestos (lenguaje corporal), en las palabras y antetodo en los hechos.
Muchas son las señales que nos da la vida, por ejemplo, cuando en nuestro camino se atraviesa una persona maltratadora, infiel, deshonesta y hasta agresiva, siempre los detalles que observo me dejan ver qué puedo esperar y cómo debo actuar; cuando uno tiene desconfianza de pasar por una determinada calle o de asistir a algún lugar o evento; cuando conozco a alguien y hay un algo que no me gusta; cuando una persona dice algo y tu sabes que esta mintiendo, en fin son tantas las señales para todo las hay.
En el plano espiritual todos tenemos ángeles protectores, guías y la asistencia de Dios que en determinados momentos acentúan las situaciones y por algún hecho, a veces simple y sencillo, nos dejan vislumbrar realmente que va a pasar. Si tú haces un alto, análisis y haces una ilación de cada situación de manera coherente, lograrás entender que ahí va a pasar algo. De esa forma aprendes a leer las señales.
Otra manera, un poco más simple que puede ayudarte es en el momento. Si tu sientes ese algo que te incomoda, ese no sé qué poco claro que dice que lo que está sucediendo no es correcto y sientes en tu corazón que esto te traerá problemas, para, has un alto y pregúntate racionalmente no con la emoción ¿Esto para dónde me lleva? ¿Qué es lo que va a suceder? ¿Por qué me esta pasado esto?, en fin cuestiónate y pide la asistencia de tu ángel guardián, de tu santo guía y podrás entender que hacer. De este modo te iras acostumbrando y acostumbrarás a tu mente a racionalizar los hechos que sientes, no es premonición, quizá no es videncia, solo que somos hechos a imagen de Dios que no solo es amor, sino cerebro, lógica, paz y sensatez, las cuales debemos poner a nuestro servicio, siempre pidiendo su asistencia y créeme llegará, así sea una micra o fotón de su energía.
Lo anterior no quiere decir que te conviertas en detective o que te vuelvas escéptico, no, todo tiene una lógica, debe ser analizado en su contexto y se deben tomar de manera rápida los correctivos. Tampoco que nos quite el sueño y nos volvamos trascendentales o paranoicos.
Ojalá a ti y a mí nos hubieran enseñado cuando pequeños hacer un alto en el camino y en el silencio para escuchar a nuestro corazón, porque Dios siempre nos infunde qué es lo bueno y qué no; qué debo hacer y qué no; cómo debo actuar y la sabiduría para leer cada señal y no equivocarnos en el intento. Él esa divinidad que nos alienta con su energía cada día nos habla solo hay que aprender a leer lo que nos escribe con cada acto.
Recuerda que no hay peor ciego que aquel que no quiere ver u oír y que el corazón habla porque el amor está en él, el amor de Dios.
Por qué siempre que han sucedido las cosas nos cuestionamos y decimos yo lo sabía, porque sencillamente en el momento que precede una determinada circunstancia o evento, tu corazón implícitamente (infundido por Dios), te está diciendo y sabe qué podría suceder, qué es lo bueno y que es lo malo, lo que sucede es que los seres humanos por lo general, actuamos con y por nuestras emociones, con la rapidez y el calor del momento, y no hacemos caso de ese aviso que nos podría sacar y evitar las dificultades.
Yo creo profundamente que estos avisos nos evitarían problemas y sinsabores que no tienen por qué ser vividos. Te estarás preguntando ¿entonces cómo hago para entenderlos en el momento justo?
Es muy sencillo, pero al mismo tiempo tienes que aprender a controlar tus emociones y hacer más conscientes tus actos y estos se acentúan cuando aprendes a observar, sí, observar.
Los seres humanos por lo general miramos y vemos lo que queremos ver y dejamos pasar detalles simples que nos los da la observación. Observar es recrearse en el detalle, en los gestos (lenguaje corporal), en las palabras y antetodo en los hechos.
Muchas son las señales que nos da la vida, por ejemplo, cuando en nuestro camino se atraviesa una persona maltratadora, infiel, deshonesta y hasta agresiva, siempre los detalles que observo me dejan ver qué puedo esperar y cómo debo actuar; cuando uno tiene desconfianza de pasar por una determinada calle o de asistir a algún lugar o evento; cuando conozco a alguien y hay un algo que no me gusta; cuando una persona dice algo y tu sabes que esta mintiendo, en fin son tantas las señales para todo las hay.
En el plano espiritual todos tenemos ángeles protectores, guías y la asistencia de Dios que en determinados momentos acentúan las situaciones y por algún hecho, a veces simple y sencillo, nos dejan vislumbrar realmente que va a pasar. Si tú haces un alto, análisis y haces una ilación de cada situación de manera coherente, lograrás entender que ahí va a pasar algo. De esa forma aprendes a leer las señales.
Otra manera, un poco más simple que puede ayudarte es en el momento. Si tu sientes ese algo que te incomoda, ese no sé qué poco claro que dice que lo que está sucediendo no es correcto y sientes en tu corazón que esto te traerá problemas, para, has un alto y pregúntate racionalmente no con la emoción ¿Esto para dónde me lleva? ¿Qué es lo que va a suceder? ¿Por qué me esta pasado esto?, en fin cuestiónate y pide la asistencia de tu ángel guardián, de tu santo guía y podrás entender que hacer. De este modo te iras acostumbrando y acostumbrarás a tu mente a racionalizar los hechos que sientes, no es premonición, quizá no es videncia, solo que somos hechos a imagen de Dios que no solo es amor, sino cerebro, lógica, paz y sensatez, las cuales debemos poner a nuestro servicio, siempre pidiendo su asistencia y créeme llegará, así sea una micra o fotón de su energía.
Lo anterior no quiere decir que te conviertas en detective o que te vuelvas escéptico, no, todo tiene una lógica, debe ser analizado en su contexto y se deben tomar de manera rápida los correctivos. Tampoco que nos quite el sueño y nos volvamos trascendentales o paranoicos.
Ojalá a ti y a mí nos hubieran enseñado cuando pequeños hacer un alto en el camino y en el silencio para escuchar a nuestro corazón, porque Dios siempre nos infunde qué es lo bueno y qué no; qué debo hacer y qué no; cómo debo actuar y la sabiduría para leer cada señal y no equivocarnos en el intento. Él esa divinidad que nos alienta con su energía cada día nos habla solo hay que aprender a leer lo que nos escribe con cada acto.
Recuerda que no hay peor ciego que aquel que no quiere ver u oír y que el corazón habla porque el amor está en él, el amor de Dios.